Conocemos a Pepe, el amigo con el que nos une un tiempo pasado vivido en distintas localidades geográficas, pero que al revivirlo ahora hace que coincidamos en voces, afinidades, frases, y nos sirve de referencias nostálgicas, culturales y afectivas. Conocemos al amante que comparte su tiempo dichoso y feliz. Conocemos al “amigo Muñoz”, personaje en los Diarios, portador de preseas cuando vuelve de las largas vacaciones de verano en España, enlace con el mundo editorial, comentarista de novedades de libros, películas, óperas, conciertos. Conocemos al profesor Muñoz Millanes, el pensador, el erudito, el “sabio”, el hombre renacentista del que aprendemos cada día. Y conocemos a José Muñoz Millanes, el escritor, el traductor, el ensayista que en este año acaba de ver publicados tres trabajos suyos. Recordamos su obra publicada el año pasado, La ciudad de los pasos perdidos, un espléndido y minucioso recorrido por el París menos conocido, el preferido por Azorín y Baroja durante el tiempo que vivieron allí exiliados.
El más importante de los tres últimos libros es La palabra en vilo. Ensayos sobre el poeta enjuiciado, publicado por Editora Regional de Extremadura en la “Colección perspectivas”. El volumen está compuesto de tres extensos ensayos titulados “Una carta de Lord Chandos, de Hofmannsthal: la elocuencia del mudo”, El poeta y sus fantasmas: una lectura de Nostalgia de la Muertede X. Villaurrutia” y “Veinte aproximaciones a la poesía de Alberto Girri”.
Los tres ensayos tratan de textos inspirados “por la suspensión del lenguaje. Una suspensión que, paradójicamente, impulsa a escribir, ya que es dramática, conflictiva: está cargada de tensiones entre el autor y la realidad que pretende expresar”. Libro de altos vuelos, minucioso, detallista, escrupulosamente escrito es la obra de un erudito que no presume de ello.
La Venecia de Ramón Gaya, editado por el Museo Gaya, es un libro breve, un ensayo meticuloso que trata de la impresión y huella que deja en el pintor la Serenísima. Está compuesto por un primer ensayo que da título al libro y un segundo, más general, titulado : “Ramón Gaya y las ciudades”.
“Hace dos o tres días que estoy aquí, en Venecia, y no he podido, no he sabido anotar nada en este diario que no lo es. Me encuentro, desde luego, demasiado alterado, excitado y como anonadado, medio vencido”. El libro es mucho más que una mirada a la Venecia de Gaya, es también un estudio de su pintura, de su personalidad y de su estado de ánimo. Se refuerza y se enriquece el volumen con el pensamiento y las ideas de Walter Benjamin y María Zambrano, entre otros, y con una valiosa bibliografía. El libro está finamente editado, con una ilustración de uno de los clásicos dibujos de Gaya (la copa “velazqueña” de cristal con unas hojas), del cual Muñoz Millanes tiene una copia iluminando una de las paredes de su apartamento neoyorquino.
Posiblemente uno de los libros que mejor describen Berlín sea Paseos por Berlin, de Franz Hessel; “un libro –según Walter Benjamin- absolutamente épico”, una obra clásica e imprescindible. Traducido por Manolo Laguillo y editado por “errata naturae”, se enriquece con un extenso y luminoso ensayo, a manera de prólogo, de Muñoz Millanes. Walter Benjamin pone a Hessel en su sitio cuando dice de él: “Nadie ha comprendido tan profundamente la filosofía del flâneur como Hessel. De hecho Hessel no describe sino que narra verdaderamente cada paseo. Más aún: cuenta lo que la ciudad le ha permitido escuchar”.
Tres obras imprescindibles para conocer mejor a tres escritores, a una ciudad y a un pintor.
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