HIELO PICADO SOBRE EL VASO DE M.T.
O CALLOS CALIENTES A LA MANERA DE OPORTO
Adolfo Soares Nogueira
Hay bastante metafísica en no pensar en nada
Ravenswood Books Editorial, Almería, 2017.
Conocí al poeta Adolfo Soares Nogueira por mediación del editor Antonio Cruz. Me recomendó su poesía y me sugirió que, en caso de que me gustase, publicara un poema en Cuadernos de Humo. Los poemas que leí me gustaron y escribí a Cruz para que le dijera a Soares que me mandara un poema inédito, que fue publicado en el CdeH15. Hubo dificultades por mi parte para localizar a Soares, que estaba de viaje, lejos de Lisboa. Por fin, después de algún tiempo, pude contactar con él en Madrid a donde le mandé el Cuaderno. El poeta subsiste gracias a la herencia familiar, “que va agotándose poco a poco, y su vida transcurre entre habitaciones de alquiler y pensiones de mala muerte, cafés y casas de comidas”. El poeta tiene dos hijas a las que dedica el libro; parece que viven con la madre y uno piensa que esto debe de ser gran motivo de dolor y desesperación para el padre y poeta, cuya obra se nos muestra llena de amargura.
NOCHES
Ai! Dessa noite o veneno
Persiste em me envenenar
Oiço apenas o silêncio
Que ficou em teu lugar
E ao menos ouves o vento
E ao menos ouves o mar.
Sábado noche viendo Carretera Perdida,
o tiritando con Ben Webster
en el reflejo de su saxo de triste metal,
un Viernes Santo sin carne ni pasión.
Las noches del in vinoveritas de París;
en Lisboa el Prozac y los fados
teniendo de testigos el Corte Inglés y el Tajo.
En Madrid los baños compartidos
del mugriento Hostal Lucense,
y en Atenas la sangrante traición a Sócrates,
que sentí como propia en carne.
De Ámsterdam quedan los pájaros en llamas
y nuestras dos lápidas; allí sobrevino el acabose.
Pero de todas aquellas noches,
en ésta de hoy sólo resiste el recuerdo tangible
de una cama deshecha y la figura corrompida
de tu carne sobre las sábanas,
un cenicero, y el pintalabios rouge
tatuado en la copa de whisky
de la última noche; las cenizas las pongo yo.
Ha publicado en Folha de Poesia Contemporánea, Lingua e poesía, Cuadernos de Humo, La Galla Ciencia y Ravenswood Magazine. En esta colección es donde aparece “Hay bastante metafísica en no pensar en nada”, un libro de poemas dedicado por el poeta, que firma con los dos apellidos solamente y fechado en Lisboa a 20/01/2018. Un título largo que nos muestra, de alguna manera, la tendencia barroca de los portugueses en materia de títulos.
MI MUERTE ERES TÚ
Cuando salgo de aquí
sé que quiero morir en Lisboa,
porque fuera
ya la llevo muerta dentro de mí.
El libro está dividido en tres partes: Ciudades, Intermezzo y un epílogo. Se añaden una biografía, varias imágenes de Lisboa y en la contraportada dos dibujos a color de Noa Cruz.
En la biografía podemos leer que el poeta nació el 2 de septiembre de 1982 en A Baixa, el típico barrio de la Lisboa pombalina. Hijo de diplomático, viajó por Sudamérica, África, la India y los Países Bajos.
Apuntamos que el título no hace justicia a la desolada, trágica y dura belleza de algunos poemas, sobre todo los incluidos en la primera parte que es nuestra preferida. En la segunda predominan los poemas breves, por algo tiene como subtítulo “Reflexiones poéticas, filosóficas reflexiones”, que no pasan de ser bosquejos de poemas en embrión. El epílogo, no podía ser de otra manera, es un poema titulado “Pessoas”. Hay que destacar el dominio del castellano que el Sr. Soares demuestra. Uno admira la musicalidad, el ritmo y el vocabulario. De algo le debe de servir que viva a caballo entre Madrid y Lisboa. En algunos versos hemos notado que la adjetivación “suena” a portugués y que en algunos poemas se nota la presencia del concepto “fado”, del “fatum”. Hay tres personajes secundarios que ambientan el discurso poético: Lisboa, el Tajo y la saudade así como referencias culturales y citas, algunas innecesarias. Destacaríamos el comienzo de la novela Rebeca, Daphne du Maurier “Anoche soñé que regresaba a Manderley” que se nos antoja como una premonición.
OLVIDO
Aunque bien sabes que nada queda ni será eterno
(y mucho menos mi triste carne ni tu triste amor),
tú y yo ya sólo viviremos de nostalgias por un tiempo,
luego de rescoldos; por último nos anegará el olvido.
Hasta que deje de latir el corazón; el tuyo... el mío.
En general el libro tiene poca metafísica y poco corazón, pero tiene mucha fuerza emocional y “física”. Lo que el libro tiene son tiros de gracia en la mente del lector, martillazos de rabia, impotencia, ramalazos de melancolía y una ruptura que deja al lector con el corazón estremecido. Uno entra en la mayoría de los poemas como quien entra en una mina o en un pozo. Hay poemas que son un chispazo de luminosa cólera y una gasa de sombra espesa que casi no te deja respirar. Un libro doloroso, casi un miserere, un réquiem de desamor. El poeta ha escrito los versos más tristes pensando todo el tiempo en lo que ha perdido.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
Mientras leo pasar el tiempo
sentado en un banco de fría piedra,
en esta tarde soleada de un viernes
(que podría ser lunes, o incluso jueves),
una chica espera a alguien (que no soy yo)
y nunca llegará (como yo he hecho
en los últimos meses sin que nadie aparezca,
casi abandonado) pero espera
con estoicismo frente al mar moribundo,
y al pasar las hojas del libro
se levanta aire y nacen olas,
y muere su vida y la mía a la par,
y el ver pasar los días
es mi asignatura por siempre pendiente:
tantas historias, tan ajenas entre sí
y tan desconocidas, pero entretejidas
por accidentadas geografías.
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