Friday, August 11, 2017

Once varas.(2) Un poema de FAV


Once Varas, Para una antología imposible.

Como lo mío es "the other way around" me meto en camisa de once varas al intentar traducir un poema (dedicado a HB lo que se agradece) de Francisco Alvarez Velasco.de Memoria de la sombra. 

Over there, over its lectern of dry branches, the crow
preaches to the morning
and the shadows do not open
in order to start the world again.

The stones keep still
under the water
and the foliage remains quiet
and the air slows down.

And the roosters
sleeping in the dawn.

It does not matter.
Open the hallway,
turn the corner
and leave the city, because the light
is now throbbing
in the silent sap
and is waiting for the wind
of this white page.



Allá en su atril de rama seca el cuervo
predica a la mañana
y no se abren las sombras
para empezar de nuevo el mundo.

Están quietas las piedras
bajo el agua
y paradas las frondas
y el aire se remansa.

Y los gallos,
dormidos en el alba.

No importa.
Abre el zaguán,
dobla la esquina
y sal de la ciudad, porque la luz
ahora está palpitando
en la savia callada
y a la espera del viento
de esta página en blanco.






Thursday, August 10, 2017

Semejanza, de Nicolás Corraliza.

                                                           LA POESÍA COMO ESPEJO (1). 

           
              EL CAMINO TOMADO. UN POEMA DE VIÁTICO, DE NICOLÁS CORRALIZA


                                   
Comienza el poema como si fuera un cuento. La voz poética recupera, en el presente, la mirada infantil y compone la escena. Recuerda una acción que parece estar distorsionada, como si estuviera reflejada en un espejo gastado. Recordemos lo que dice Shelley:  “Poetry is a mirror which makes beautiful that which is distorted.” La magia dolorosa de la poesía hace que lo que está distorsionado aparezca bello, poético, hermoso, a pesar del dolor, de la desesperanza y de la amargura de saber que el protagonista “ya no busca nada”. Tiene el poema un ritmo ascendente en el momento que entramos en el mundo real: números, caligrafía que nos remite al campo mental. Del mundo que rodea al protagonista pasamos al protagonista mismo: a sus pies y nos encontramos, en el cuerpo del poema, con una deslumbrante metáfora, de talante social,  en la que podemos escuchar “el aullido de los caminos” donde en vez de brotar flores, brota el jornal. 
      No es el camino como en el poema de Robert Frost “El camino no tomado”, en el que nos encontramos un dilema moral:
 Dos caminos se separaban en un bosque amarillo
 y sintiendo no poder tomar ambos
 y ser un solo viajero, me detuve por mucho tiempo
 y escudriñé uno de ellos todo lo que pude
 hasta allí donde se doblaba en la maleza.
Tampoco como el que quería Machado: hacer camino al andar o el camino como río que te lleva al mar. Este es el camino de la “semejanza”. (Para seguir la historia del protagonista se recomienda leer el poema “Caja de herramientas” donde el hijo “es incapaz de construir versos del ruido”).
El poema es un tríptico hecho con caligrafía amorosa en una tabla carcomida por el tiempo y está construido con nueve versos divididos en tres “cuadros” que nos cuentan la historia cotidiana del protagonista: del recuerdo,  del trabajo y de la soledad. (¿Supo el hombre que hacia números de la herida del amor?)
Pasa gramaticalmente de un pasado imperfecto a un pretérito desarraigado y por último a un presente de estoica esperanza. En el primero y en el último el protagonista aparece sentado en dos posturas opuestas: la de la vida y la de la espera. El espacio central es el que imprime movimiento tanto al poema como al protagonista.
Termina el poema con dos posibles caminos que al final serán uno solo y también con dos preguntas insinuadas: ¿espera el protagonista el paso del tiempo al abrigo de las cuatro estaciones? o ¿espera con “el vaivén seguro” el paso del último tren?
Si poesía es todo lo que importa recordar en la vida, este poema es un ejemplo: anota y recuerda una parte importante en la vida del poeta.

Sunday, August 6, 2017

Educación nocturna.

                                              Versos debajo del sol
                                                   Pablo S. Alemán Falcón


Educación nocturna
  Hilario Barrero

Este poemario está publicado por la editorial Renacimiento; se trata de Educación nocturna del autor Hilario Barrero. Hay que decir que, entre todos las obras que aparecen aquí, este fue comprado a ciegas, sin saber lo que me iba a encontrar. El poemario es una antología poética de su obra hasta la fecha, siendo su último poemario el que lleva el nombre del libro que se encuentra en nuestras manos. En la introducción de la obra, realizada por José Luis García Martín, se indica que hay dos temas principales, el tiempo y el deseo. Nosotros detectamos una pérdida progresiva de la experiencia. También nos llamó la atención los escritos que se forjan entre las calles de Nueva York, lugar en donde vive nuestro autor, sobre todo después de que la reseña del mes pasado estuviese centrado en un escritor puramente neoyorquino, Paul Auster. Estaría interesante comparar los poemas del Wall writing de Auster con los de Educación nocturna de Barrero sobre todo en la necesidad de comunicación entre los dos poetas.

El libro se abre con “Autorretrato”, un texto que recorre cada una de las etapas de su trayectoria poética-vital a través de diferentes lugares que los ha transitado el poeta y en el que ha aprendido algo el “yo” poético (Yo descubrí en Arezzo / una nueva manera de besar: / la lengua penetrada arrasando lo oscuro, / el mordisco en los labios, la ronca dentellada, / el mar de la saliva en movimiento, / de frontera los dientes. […]). De esta manera, el primer poemario que se encuentra en esta antología es Travesía, con poemas de extensión media que muestran la inocencia del “yo” poético ante el mundo que le rodea. Es curioso también el juego de luces y la sombras acordes al ánimo del poeta: En la mañana / la luz hablaba a gritos, / la sombra muda. / […] Y con la oscuridad la pregunta  / que no tiene respuesta: / ¿Ha sido siempre la sombra tan pesada? / Noche clara del cuerpo. También hay paso para realizar una recensión de su viaje por los versos de García Lorca en comparación con su experiencia del poeta por esos mismos lugares por los que camina, respira y observa a menudo. Lo vemos en el poema “Fgl en Columbia University” ([...] Sonríe, Federico, no te muevas. / Aunque se queda inmóvil, la imagen sale turbia. / […] La lente invierte la foto de Manhattan / y Harlem se amotina / en la cámara oscura de la noche.)

Y dentro de Travesía, el poema que lleva su nombre; aquí, si nos dejamos llevar por las imágenes que nos expone, podríamos señalar el pesimismo que tiene que ver con el transcurso imparable de la vida y de cómo se van perdiendo las virtudes de la juventud por el camino.

TRAVESÍA

En esta travesía hacia el silencio
donde tú eres el remo que perturba
las estancadas aguas de mi sangre
por las que va surcando la barcaza
con amigos ahogados por un virus,
no sé si soy un muerto que respira
o es que tengo los ojos desgastados
y no pueden llegar al fondo del abismo,
condenados a ser una invención
que se refleja, sin distinguir la orilla,
en la imagen borrosa de un lago.

Con esto pasamos al siguiente poemario que se titula Modo subjuntivo. Dentro de aquí destacamos el primer poema, “Subjuntivo”, que viene a explicar a través de este modo verbal el deseo: Y tener que explicar de nuevo el subjuntivo, / acechante la tiza de la noche del encerado en luto,  / ahora que ellos entregan sus cuerpos a la hoguera / cuando lo que desean es sentir el mordisco / que tatúa con rosas coaguladas sus cuellos ofrecidos / y olvidarse del viejo profesor que les roba / su tiempo inútilmente. [...] El deseo tiene que ver con el transcurso del tiempo. No hablamos del deseo truncado, más bien como un diálogo para los que disfrutan de este don. También detectamos la presencia de la luz, una luz que se adorna ante la desnudez. Lo vemos en la última parte del texto “Consejo”: [...] Te envidio cada vez que sin camisa / me recuerdas lo frágil de la luz / mientras que yo vestido, / ocultando la ruina y los escombros, / pienso en aquel verano, irrepetible.

El siguiente poemario que se encuentra dentro de esta antología es Mortal Manhattan. Es destacable como los lugares en la trayectoria de Hilario Barrero son más concretos, aunque igual de precisos. De hecho, el nivel simbólico del paisaje neoyorquino se hace imprescindible para poder adentrarnos en el ánimo del “yo” poético. Comenzamos con el primer poema, “Plaga”.

PLAGA

Todavía se aman a pesar de la plaga
y encuentran en la noche sus torsos alumbrados
sabiendo que la muerte les acecha celosa.
Tiemblan cuando desnudos se miran al cristal
y ven alguna mancha que oscurece su piel.
Con precaución celebran sus huesos arropados
y con certeza saben que éste es tiempo de guerra.
Oficiando sus ojos un memorial de sombras
recuerdan tantos nombres que con pasión se amaron,
cuerpos llenos de fuego su coraza encendida
y que ahora rescatan del campo de batalla.

En estos poemas, el poeta recoge instantes de los que recoge los momentos de juventud, pero también absorbe el deseo más allá de toda virtud. Aun así, se puede ver en su fondo el paso inexorable del tiempo, lo innegable ante la presencia de un cuerpo joven, como vemos en “Viril” ([…] Se lavará sus manos temblorosas / con el agua bendita de la estola, / confesará el domingo perturbado / del rocío que mana entre sus piernas, / mintiendo al confesor cuando pregunta / si compartió el pecado con algún compañero.[..]). Es curioso la lucha de la tradición con su deseo, su subjuntivo: [...] Arrepentido comenzará de nuevo / a rebuscar la caja sorpresa de su cuerpo / que ofrecerá más tarde en esquinas oscuras. / Es este mismo cuerpo que ahora en decadencia / se llena de esplendor pues tú le miras.

A todo esto, Nueva York va adquiriendo protagonismo, llegando incluso a tener un nivel simbólico entre sus versos, aspecto se amplía a medida que el “yo”  lírico va realizando su travesía, no solo temporal sino también espacial. En el último poemario que complementa este libro y que, como comentamos, lleva el nombre de esta recopilación, la voz se complementa con otros lugares a los que ha viajado el poeta.

GUÍA

La luz desde el Castillo se difumina y muere
cuando un torso iluminado
se desnuda y enseña entre sus barrios bajos
la verdadera historia de Lisboa.

De la misma manera, es destacable el componente erótico que contienen algunos textos, lo que contribuye a complementar su poética del deseo. Aquí lo vemos en “Playa de pescadores”, que juega con un componente altamente comercial y reconocible y de da una proporción mítica, personalizada y concentrada a través del “yo” poético (A través de Lacoste que lleva suelto, / coraza de algodón azul cobalto, / dos leves sombras en su pecho apuntan / que una pareja de pezones tiernos / se rozan encendidos / en el tejido feliz y afortunado. […]). También hay una mirada hacia atrás, dando paso a la inocencia. Les exponemos el texto que lleva el nombre de la antología.

EDUCACIÓN NOCTURNA

De cuerpo analfabeto y provinciano,
en la primera noche al apagar la luz,
te besé en la mejilla con los ojos abiertos.
Yo no sabía que para dar un beso
se cerraran los ojos o se abriera la boca.
(Lo del la lengua me lo fuiste
enseñando poco a poco).
En la penumbra me acostumbré a tu cuerpo,
y en él leí tu espesa biografía,
taché los nombres de los personajes
y anoté recorridos para llegar muy hondo.
Recuerdo las jornadas de verano, las noches sin dormir,
las primeras lecciones, los signos y las cifras.
Y aunque fueron espejos
y transformé su córnea de tanto contemplarlos,
de lo que no me acuerdo es,
aunque te haya mirado mucho amaneceres,
de cómo eran tus ojos en tanta oscuridad.




Thursday, August 3, 2017

Once varas. Un poema de MMM

Once Varas, Para una antología imposible.

Como lo mío es "the other way around" me meto en camisa de once varas
al intentar traducir un poema de Marcos Matacana Martín que abre su libro Polvo en el aire. 



Self-portrait

i too was strong
and I trusted that time
would be on my side

and I believed that living
would be worthwhile

and I even thought that I was
a nice guy unable
to hurt anybody

and now you can see
what I have become






Autorretrato
                    "Un pálido dibujo a tres colores"
Charles Baudelaire

yo también fui fuerte
y confié en que el tiempo
correría a mi favor

y creí que vivir
valdría la pena

y llegué a pensar
que era un buen tipo
incapaz de hacerle daño a nadie

y mira ahora
en qué me he convertido 



Tuesday, July 25, 2017

Martín López.Vega lee Educación nocturna.

Muchas gracias.

http://www.elcultural.com/blogs/rima-interna/2017/07/hilario-barrero-diario-del-apetito/

Monday, July 24, 2017

La primera mañana del mundo.

    El 25 de marzo de 2008 me encontré con una separata que traía un poema escrito por José Luis García Martín e ilustrado con cuatro fotografías del poeta. El poema es una crónica viajera y sentimental en el que varias ciudades, atadas a la vida del poeta, se enlazan dando una unidad temática. A mí me parece, leído ahora después de tanto tiempo, un poema en el que la poesía va vestida de diario, llena de luz, al alcance de la mano, con el justo “dolorido sentir” y su cargamento de melancolía. Un poema que al leerlo con ojos iluminados nos trae el recuerdo de ciudades y nombres queridos, la adolescencia que nos ofrece “la manzana / de su ambigua hermosura”  y nos acerca a “la primera mañana del mundo”. 




Friday, July 21, 2017

Driving con Julia Uceda

Nota a un fragmento de un poema de Julia Uceda
y una definición de poesía por ella misma.


                                                           Pero alguien,
alguna vez, supongo con excesivo optimismo
sobre el valor posible de unos cuantos poemas, tendrá curiosidad
por saber cómo fui. Y pintará un atractivo cuadro si contempla
los hermosos paisajes que me acogieron
y que tan fielmente, aunque ya perdidos,
se pueden entrever en toda mi escritura.

Puede que el conjunto resulte hermoso.
Me gustaría verlo, pero será imposible.
De todos modos, quiero hacerle un favor al curioso futuro:
nada estará completo si se olvida
-driving and driving and driving alone-
de este verso extranjero.
                                     Driving. (Fragmento)


     Es un poema que tiene muchas lecturas, pero que yo lo considero un poema profético. La poeta conduce, conduce, conduce sola, pero nos permite que seamos su copiloto, dejamos que nos conduzca a través de “los hermosos paisajes que me acogieron” y seamos participe de esa belleza.
     Julia Uceda escribe una poesía que dura como dura este poema que habla del pasado y conecta con el futuro, se dirige a un lector y le entrega “unos cuantos poemas” y “representa lo real y lo verdadero”.
    Me siento privilegiado ser ahora “el curioso futuro” que haya tenido la oportunidad de entrever y gozar eso paisajes. Y nos alegramos que la poeta pueda  ver que su obra permanece, que esté aquí con nosotros conduciéndonos a través de una vida. Y ojala nos despeje la incógnita de ese verso extranjero, aunque quizás no haga falta y ya este explicado. Julia Uceda, la poeta, la profesora, la mujer debe saber que ya no conduce sola, que ya tiene curiosos futuros interesados en su obra, en su paisaje. Que ahora ya no está driving and driving and driving alone, que ahora está conduciendo, conduciendo, conduciendo acompañada de amigos que la quieren.


Hay una poesía que pretende durar y otra destinada a morir y a matar lo que no sea ella. La primera representa lo real y la verdad, lo que nos pasa (Cirlot). La segunda no es más que un simulacro de poesía y de cultura que trata de imponerse sin admitir su fracaso. La poesía que pretende durar -o que dura sin pretenderlo- suele referirse a verdades esenciales que hay que buscar en el pasado, en los mitos y en los sueños. El poeta no inventa esas verdades: las descubre. Tal vez las descubre poniendo nombre a lo innominado todavía y puede que todavía terrorífico (Blumenberg). Estos temores, culpas o remordimientos quedan exorcizados cuando de ellos puede contarse una historia de la que verdad y realidad formen parte. Es la palabra la que ordena lo que aún puede llamarse caos en su significado inquietante de abertura por la que pueden entrar o caer elementos que aún dominan los bosques inexplorados.