Monday, September 7, 2015

Un libro de Ballerina Vargas Tinajero.



   


                        ANTOLEJÍA: SUBVERSIÓN PASADA POR LEJÍA CONCENTRADA

                                       I don't want to go to heaven. None of my friends are there.                                                                                                     Oscar Wilde

                                                                              Bajaba todos los días    
                                                                              de su casa a la estación
                                                                              con un libro entre las manos
                                                                              de Bécquer o Campoamor.
        Rafael de León.

                                        Poetry is a mirror which makes beautiful that which is distorted
        Shelley

                                                   Immature poets imitate; mature poets steal.
                                                                                                    T.S. Eliot.


        
Son 52 poemas, (que con el que abre el libro y cinco haikus hacen un total de 58). Están amarrados en bloques de trece bajo estos  subtítulos: “Tremendismos nocturnos”, “Pipas, muelles, peta zetas”, “Las cosas del querer”, “La resaca” y acaba con un capítulo de gracias, en el que uno está mencionado (lo que se agradece). El libro hace el número 13 de Ediciones Liliputienses y se hizo en la Isla de San Borondón el 11 de septiembre. La autora es BallerinaVargas Tinajero que estudió periodismo y es profesora de Lengua y Literatura Castellana en un instituto de Sevilla, donde nació.

 Antolejía es un laberinto donde es difícil encontrar la entrada y fácil dar con la salida. Se entra mal, el título y las innumerables citas no ayudan y se sale mejor, leyendo las instrucciones para el funeral de la poeta que es, sin duda, uno de los mejores poemas de libro, junto con “La resaca”, “La loca del café”, “Ispahán”, “Destello”, “Retrospectiva” y “V-0349-AK” en los que uno encuentra una poesía más serena, dentro de lo que cabe, más humanamente animal y más cercana. “Instrucciones para mi funeral” es un poema chorreando humor, sarcasmo, ironía, cotidianidad, cachondeo y, al final, alguien que espera. Si mi madre, que se quedó en Bécquer y Gabriel y Galán, hubiera leído este libro, habría reaccionado como los padres de la poeta al saber que la niña escribe poesía.                

Si alguien quiere leer algo
Que sea algún poema
Ninguno mío por favor
Que no estará la cosa para tacones
Sombras perplejidades ni más penas
Además mis padres no saben
Que me entretengo con esto
Que a ratos juego a ser poeta
Y como se enteren
                 mira Pepe lo que escribe la niña
Acaban los dos en urgencias

Antolejía da la vuelta a lo que no tiene vuelta, se adentra en la boca de lobo más oscura y apestosa, es un libro irreverente, a veces navaja, a veces disparo, siempre sal en la herida, vinagre en la rosa, espina oxidada en el jardín de la belleza. Uno entra en el laberinto entre alientos de dragones acechando la anticuada sensibilidad de uno. Ya los ojos hechos a la oscuridad este lector distingue las voces de los ecos, se da cuenta de que lo cotidiano es como una hogaza de pan recién cocido con olor a supermercado de barrio, cama deshecha, bragas amarillentas y el rímel derritiéndose como las lágrimas de una virgen sevillana. Poesía del yo y del tú, con aire y léxico barriobajero que choca entre una cultureta de andar por casa y una cultura de altos vuelos, se desliza como una serpiente en la mirada y uno entra angustiado  en el coto de caza menor de la poeta. Ella no se esconde en él, no deja una distancia entre el lector y la escena o el asunto. La voz poética da la cara, te mira a los ojos, hasta te insulta y sabes que estás en terreno enemigo. La tónica de algunos de los poemas, que son los que más le llaman a uno la atención y menos la devoción, son como fragmentos de una película porno dirigida por una monja de clausura en estado místico.

Antolejía es un libro que debería llevar, como los paquetes de cigarrillos, un aviso que ponga al lector en guardia y que diga en minúscula: “esta poesía engorda”. Libro generoso es, como dice la contraportada, “un primer libro” aunque parezca el último y en él hay abrazos y pellizcos y robos de poetas malditos que la poeta venera. (Padre Bukowski que estás en el infierno).  Valoramos y destacamos sus aciertos que son muchos, nos alegramos de encontrar una voz a veces agria, discordante, agresiva, pero una voz personal. Leer a Vargas es encontrarse con Vargas.

            Antolejía da vida a la vida, al sexo lo que es del sexo, ningunea al amor y añade a lo cotidiano  el automatismo, las mayúsculas burguesas, la ausencia del punto y de la coma, los espacios subversivos,  el bilingüismo yanqui, la desazón del verbo, la feria del adjetivo, el uso del seudónimo, y un ritmo ruidoso a veces, entrecortado, que te ahoga y que deja sin respiración. En Antolejía se diría que la poeta se ríe de la poesía aunque llore por ella y con ella, se diría que descuartiza la poesía aunque sea parte de su razón de vida, la martiriza a citas, la bautiza con lejía en el nombre del sexo, del amor, de la muerte y de la tristeza.  Poesía humanamente detergente que limpia, brilla y da esplendor a nuestras vidas oscuras.

Wednesday, August 19, 2015

Amor a primera vista. Una joya: un poema de Lars Gustafsson.



        
 
         Hay poemas que son amor a primera vista. Este es uno de ellos. Traducirlo ha sido un gozo. En el programa de Mostly Mozart incluyen, junto a la información de la obras  programas y el currículo de los artistas (y de los generosos millonarios benefactores), un poema de tema “musical”. La mayoría me alegran la vuelta a casa en metro, este me ha alegrado la noche. Para ser breve: es un poema que a mí me hubiera gustado mucho escribir. Tú, que te quedaste en Campoamor, Curros Enríquez, Rosalía y, digamos, el Lorca “popular” cuando me has revisado la traducción (cambiándome dos adjetivos y tres preposiciones) has dicho: “El poema dice la verdad”. Claro, tú también estás enamorado de Bach. Los últimos versos son un prodigio de graduación de sonidos y silencios, de sentidos auditivos y visuales en su mejor momento. El autor, sueco, es más bien conocido como novelista y este poema pertenece a un libro del mismo nombre que del poema. (Ya he pedido el libro a Amazon ;).  Acompaño algunas de las obras que el poeta menciona y que como apreciará el lector inteligente son ejemplos de la genialidad y variedad del dios Bach. A disfrutar poesía, música y la calma del mundo anterior a Bach


       La calma en el mundo anterior de Bach.

Tuvo que existir un mundo anterior
a la Sonata a trío en re menor, un mundo anterior a la Partita en la menor,
pero qué clase de mundo?
Una Europa de vastos espacios vacíos, sin sonido,
por todas partes instrumentos dormidos
a través de cuyas teclas la Ofrenda Musical, El clave bien temperado
jamás pasaron.
Iglesias aisladas
donde el verso de la soprano en la Pasión
nunca se entrelazó  en desamparado amor
con los suaves movimientos de la flauta,
paisajes anchos y suaves
donde nada rompe la calma
sino las hachas de los viejos leñadores,
los sanos ladridos de fuertes perros en invierno
y, como una campana, los patines que muerden el hielo fresco;
las golondrinas que chillan en el aire estival,
la caracola que resuena en los oídos de un niño
y en ninguna parte Bach, en ninguna parte Bach,
el mundo en una calma de patinador  antes de Bach. 


The Stillness of the World Before Bach

There must have been a world before
the Trio Sonata in D, a world before the A minor partita,
but what kind of a world?
A Europe of vast empty spaces, unresounding,
everywhere unawakened instruments
where the Musical Offering, the Well-Tempered Clavier
never passed across the keys.
Isolated churches
where the soprano line of the Passion
never in helpless love twined round
the gentler movements of the flute,
broad soft landscapes
where nothing breaks the stillness
but old woodcutters’ axes
the healthy barking of strong dogs in winter
and, like a bell, skates biting into fresh ice;
the swallows whirring through summer air,
the shell resounding at the child’s ear
and nowhere Bach nowhere Bach
the world in a skater’s stillness before Bach.

                                           Lars Gustafsson
                                 Traducción del sueco de Philip Martin 1982







Thursday, August 13, 2015

Correo desde España.(5) Una forma de felicidad.




  


  Traspasas la verja y la plaza te acoge con un abrazo conventual. A la izquierda, lejana y diminuta la iglesia donde Dios tiene su apartamento de verano. Al fondo de la plaza el convento y la iglesia donde, en otro tiempo, los laudes, los maitenes y las vísperas encendían el retablo. Sales al claustro donde la sombra crece lenta y sosegada, olor a musgos y a perfumes secos. En el salón de actos, ya la tarde laminando los cristales de los ventanales, un grupo de poetas por trece años consecutivos han ido llenando el recinto de poesía. El maestro de ceremonia, abre el recital y comienza la celebración. Uno tuvo la suerte de ser invitado a unir su voz con otras voces en el verano en que su madre todavía no había encontrado su postura en la sepultura y pensó en ella mientras la noche laminaba las ventanas de luz mineral. Valdediós acoge a la poesía de la mano del poeta José Luis García Martín. Para perpetuar el encuentro los visitantes reciben un libro con los poemas leídos, que lleva una introducción y contraportada de García Martín, fotografías de Juan Ochoa y diseño de Marina Lobo. En la contraportada esta breve y jugosa reflexión: “La felicidad no tiene historia. Se canta lo que se pierde. Pero la poesía, aunque hable de la desolación y el abandono, es siempre una forma de felicidad”.
Algunos somos muy afortunados de poseer la colección completa. El último cuaderno, titulado “Diversos” acaba de llegar a Brooklyn desde Oviedo (lo que se agradece), con  los poemas de Ricardo Labra, Miguel Floriano, Candela de las Heras, Mario Vega, Lorenzo Roal y Rocío Acebal y al propio Garcia Martín con una versión de un poema de Rui Knopeli titulado, oportunamente, “Aprendiz en el taller de la poesía”.
No rimes.
O rima, si lo prefieres,
pero no hagas violencia
a la palabra.
No busques ansioso,
como amante inexperto,
a la palabra.

Simplemente espera
su llegada.

Música y rima
son accesorios prescindibles
el poema es otra cosa…