Thursday, February 7, 2019

EL MISTERIO DESCIFRADO: Miguel Veyrat




EL MISTERIO DESCIFRADO

      Abrid las puertas de la razón ahora: la poesía cerrada de Miguel Veyrat

  
Miguel Veyrat
Tu nombre es Eros Tigres de papel, Madrid, 2018

        Dice María Zambrano  que “de no tener vuelo el poeta, no habría poesía, no habría palabra. Toda palabra requiere un alejamiento de la realidad a la que se refiere; toda palabra es también una liberación de quien la dice”. Es significativo que la frase que abre la sección titulada “Mi nombre es Eros” (el título del libro es “Tu nombre es Eros”, un significativo cambio pronominal, de “tu” a “mi”) sea, precisamente, de María Zambrano y trate del logos: “Un logos que se hiciera cargo de las entrañas”.
        Con la filosofía, el pensamiento razona, habla, enfría las emociones. Ha ido, desde Platón, liberando sistemas filosóficos, poniendo límites al espacio y al tiempo, creando salidas para las ideas encarceladas en la caverna del pensamiento. Con la poesía, el alma canta, da fuego a la palabra que, en poesía, es siempre limitada, como lo es el poema. Filosofía y poesía son dos géneros, dos sistemas opuestos y, a la vez, necesarios: son los dos railes que nunca encuentran por los que viaja el tren de la razón y de las emociones: cerebro y corazón.
        Miguel Veyrat es un filósofo que escribe poesía y un poeta que vuela alto, y al volar, como dice Zambrano, se aleja de la realidad y crea un universo complicado, de tacto frío, poesía difícil, necesitado, en ocasiones, de notas “prescindibles” y explicaciones. Un poeta alejado de lo cotidiano, de la experiencia, más cerca de abstracciones numéricas y mecanismos mentales que de la realidad y del deseo. Veyrat se encuentra a sí mismo y se reconoce en “los vastos jardines sin auroras”, como “cazador de lenguaje”, yendo “del afuera hasta el adentro”.
        Una poesía enraizada en la mitología, en el mundo clásico, en Dante y en Vallejo, en los cantos órficos (los que cierran las puertas a los no iniciados) y en Hegel, en Rilke y en Cernuda, en Barthes (el del lenguaje es una piel) y en Lao-Tsé y Platón (y el encuentro con la muerte e iniciarse en la nada).
        Si todo auténtico poeta, con un sistema poético, es una isla, un asombro, una bella e inútil metáfora, también es un solitario y Miguel Veyrat lo sabe y escribe en la madrugada de la palabra poemas entre surrealistas y “dodecafónicos”, poemas cargados con la pólvora de la confusión, argumentados con hachazos a los signos de puntuación, aplicando a las metáforas garrote vil.  Poemas, en su mayoría breves, que nos hacen sentir miedo, frío y una honda inquietud. Poemas como este, “En viaje”, que es uno de nuestros favoritos y que en siete versos en su mayoría monosílabos conjuga la ceremonia de la ceniza:

YO TÚ ÉL
Seremos
ELLO
Presente
Sin futuro
Misterio
Descifrado
       
        Miguel Veyrat es un poeta para el futuro, que maneja un material perecedero y eterno, el de siempre, el de ayer y que vive en el siglo XXI. Es cierto que su poesía no es fácil (toda poesía debe tener su grado de oscuridad y de maldición, también de luz y claridad) porque, como la de Góngora, es una poesía culta, poesía de orígenes, de iniciación, de ritual, fría como una navajazo en las vísceras de la razón, hermética, cerrada con puertas que solo abre la llave del conocimiento. Lo avisa en el primer poema: Solo digo mi poema a los iniciados, cerrad las puertas, tenemos la cabeza de Orfeo, padre y madre de la poesía, y el corazón que no tiembla. (Uno piensa en los primeros versos del romance: “Solo digo mi canción…).
        “Tu nombre es Eros”, un libro como pocos en el panorama poético español, completa el viaje del poeta entre el hacha de plata y el diluvio, entre el fuego y el aire, entre el amor y la muerte y termina con una marcha atrás a la nada, a lo infinitivo, al vacío, entre “el comienzo y el final de canto”.
 
 
 



2 comments:

  1. Lo has dibujado tan apetitoso que parece casi irresistible adentrarse en el misterio Veyrat. Un saludo cordial desde Málaga.

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  2. Mejor no se puede escribir sobre el ars poética de Miguel Veyrat. Has puesto el dedo en ese punto de lo inefable,del misterio que deslía los versos de Veyrat.
    Magnífico y suscitó análisis de un poeta que va más allá de una poética al uso o de modas.
    Gracias Hilario por esta reseña.

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