La biblioteca de uno, como su vida, está compuesta de libros que son familia y que ocupan un lugar preferente, en una estanteria de madera preciosa. Una estanteria que es como una urna donde hay libros autografiados y dedicados y primeras ediciones y raros: un paraiso donde viven los libros que más quiero. Hay un apartado en donde se hablan y se rozan unos libros que no son libros, que son como criaturas que están en el limbo de las librerías: son esas preciosas ediciones especiales, algunas no venales, otras minoritarias, otras privadas que yo colecciono y admiro y celebro. Ayer, en tiempo de nieve, anduve mirando algunas de estas publicaciones y me encontré con "Poemas encontrados" con la que inauguro esta sección de
"raros, privados y no venales".
Me imagino que su autor, el poeta José Luis Garcia Martín, recuerda estos poemas encontrados primorosamente editados en 2004 por La Torre degli Arabeschi, "printed in Italy" con diseño e ilustraciones de José Joaquin Beeme, "encuadernados artesanalmente en papel marmorizado, dentro de un cuoio envejecido y timbrado con una horma de Santa Rosa, California". Este ejemplar es el número 16 y está dedicado por el poeta en Nueva York el día 27 del 9 de 2004 en Bazzini, un restaurante que ya no existe y que estaba en el 339 de Greenwich street, donde Garcia Martín hizo un alto para reponer fuerzas después de una visita a una Universidad cercana en donde habló de poesía a alumnos que le seguían ensismismados. "Nuestras ediciones -dice la leyenda en la última página que es de por si una leccion de amor y de respeto al mundo de la bibliofilia- son el "eppur si muove" ... en un mundo crecientemente sometido al mismo libro de estilo de poder".
Un ejemplar con tres poemas encontrados "pocos comunes" en la poesía de Garcia Martín. Hemos seleccionado el titulado "Todos los caballos bellos" en el que habla de caballos en Pavia, en Sevilla, en Constantinopla, en Tánger y en Toledo:
En Toledo, sobre el puente de Alcantara, el tumultuoso tropel de los cadetes de caballería que vuelven al galope aglomerandose en desorden ante el arco estrecho de la puerta de la ciudad.
Papel marmorizado de L´Atelier du Papier Coquille.
Querido Hilario, seguro que alguna vez hay ocasión para disfrutar juntos de esos tesoros para los sentidos. La biblioteca personal define al poeta; la mía tiene muy pocos libros raros y escasas primeras ediciones, es una biblioteca común, casi vulgar, pero poblada de libros dedicados lo que convierte a cada estante en un lugar entrañable.
ReplyDeleteUn fuerte abrazo.
Bueno, algunas si que son primeras ediciones, pero lo que yo quería decir es que son los libros dedicados por los autores lo que hace esta sección de mis libros especial. Y, sobre todo, este tipo de "miniaturas" que me regalan sus autores me traen su voz y su mirada "artesanal". Muchas gracias, José luis, por pasarte por aquí.
ReplyDeleteMuchas gracias por ese comentario, amigo Hilario, y el recuerdo de os días neoyorquinos. Esos poemas no son míos, sino encontrados, camuflados entre la prosa de diferentes libros. Yo me limité a quitar lo que sobrara y a ponerlos limpios en la página.
ReplyDeleteYa decía yo eso de "pocos comunes" poemas de jlgm. Gracias por la visita.
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