Ahora que el barquero te arrastra a sus orillas
yo cogeré el cincel para la última piedra,
y será digno, entonces, sentarse en tu jardín.
.
Pero no me retengas cuando claudique el día,
y la señal anuncie que mi tiempo ha vencido,
sólo somos la lluvia que hemos dejado en otros,
la leve brisa del amor efimero,
y esa queda contigo.
O tal vez, si no vuelves,
dejar escrito el verso
para que el tiempo juzgue,
si el viento y tú sois parte de una historia,
o la tormenta es sólo su presagio.
Gracias por la recomendación, querido Hilario; como tú, pienso que un libro es el mejor regalo y que una dedicatoria es sólo una conversación a media voz para que se borre cualquier distancia. Felices fiestas y un año nuevo lleno de alegrías personales y literarias.
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