Tenerte es fácil, mantener encendida la casa fue lo difícil.
Despertar a tu lado fue la norma, dormir lejos de ti lo complicado.
Contar los años me enseñó a sumar, añadir hoy un día más es aprender a restar.
Al sentir el arañazo de tus ojos quedé deslumbrado, lo que esta noche me ciega es el navajazo de la vida que pasa.
Buscarte en las tinieblas no fue difícil, lo difícil ahora es saber cuándo amanece.
Siempre quisimos ser uno, confundidas nuestras voces y latidos.
El aliento vital nos dice que siempre seremos dos.
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